viernes, 17 de octubre de 2008

Una justicia tecnológicamente obsoleta y un juez mediático


Hoy, todas las portadas de la prensa se hacen eco del Auto dictado por el mediático Juez Garzón en el que se declara competente para investigar un posible delito cometido en la época franquista por crímenes contra la humanidad.


En mi opinión, esos crímenes quedaron prescritos tras la aprobación de la Ley de Amnistía de 1977. Pero es que, además, se verá obligado a archivar los autos tras comprobar que los responsables de esos delitos ya han fallecido e incluso, si alguno viviere, ya será un venerable anciano al que se le habrá de indultar y no podrá ingresar en prisión por su avanzada edad. Por tanto, para este viaje no hacían falta alforjas.


Pero, dicho esto, en lo que pretendo incidir en este post no es en la fundamentación jurídica del Auto comentado si no en las carencias de la Administración de Justicia a las que ya aludí en otras entradas anteriores, y en los excesos de un Juez mediático que conoce mejor que nadie estas carencias y aun así, despliega una ingente cantidad de medios en un procedimiento que habrá de morir por si solo.


La primera carencia es que en plena era tecnológica, los Juzgados aun no disponen de sistemas informáticos que les permita interconectarse en red con otros Tribunales. De haberlos tenido, el Juez Garzón, desde su propio tribunal, en directo, podría comprobar en los registros correspondientes si los presuntos responsables de los delitos habían fallecido o no. Como no dispone de estos medios telemáticos, ha de oficiar y movilizar a muchos recursos humanos para que le aporten los certificados de defunción correspondientes.


También, pese a la carencia de recursos humanos que tienen los juzgados, con carácter previo había movilizado a infinidad de funcionarios e instituciones de todas las Comunidades Autónomas para que le aportaran datos sobre las personas desaparecidas. Ahora, seguirá movilizando costosos medios humanos y materiales para establecer bancos de ADN, abrir fosas e identificar desaparecidos. ¿estos procedimientos no habrían de haberse realizado en vía administrativa y no judicial?.


Por todo ello, concluyo, si la Justicia es terriblemente lenta, la caprichosa actuación del Juez Garzón está contribuyendo a que aun sea mas lenta, en cuanto que está distrayendo muchísimos recursos para la instrucción de un procedimiento que no tiene ningún sentido, en detrimento de otros que son impotantísimos para los administrados.


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